La idea de proponerte una meta financiera a largo plazo puede parecer un poco abrumadora, especialmente cuando te pones a pensar en el esfuerzo que puede conllevar en tu vida diaria. Tu carrera, la familia y el estrés constante pueden sentirse como obstáculos para cualquier plan a largo plazo. Sin embargo, hoy día tenemos más acceso que nunca a tecnología, información, herramientas y personas que pueden ayudarnos a aliviar la carga.
Con todo y eso, al final del día lo más que nos cuesta es dar ese primer paso. ¡No hay nada que temer! Aquí te compartimos algunos pasos que te ayudarán a canalizar mejor tu iniciativa y esfuerzo para establecer un plan de ahorros que funcione para tu situación en particular.
Planifica en grande
Este es sin duda un buen primer paso hacia un objetivo tangible. Puede ser algo como un viaje o una boda, un curso especializado, el pronto para una casa, saldar tus deudas o crear un fondo de emergencia. Metas como estas nos mantienen motivados y enfocados en nuestro compromiso, y pueden incluso cambiar el rumbo de nuestras vidas.
Crea un plan estructurado
La organización es un elemento clave para alcanzar cualquier meta, ya que ayuda a estructurar tus planes. Por ello, es esencial que establezcas una estrategia financiera para lograr tus metas de ahorros.
Proponte tres plazos de tiempo con metas definidas y evalúa tu progreso para cada periodo. Por ejemplo, puedes establecerte metas a corto plazo (1 año), a medio plazo (1 a 3 años) y a largo plazo (más de 4 años). Recuerda anotarlas en tu calendario.
¡Deja que el banco haga el trabajo por ti!
Redirige los fondos relacionados a tus metas a una cuenta aparte y habilita la función de “transacciones automáticas”. Ese dinero va directo adonde tiene que estar, lejos de la tentación de tu cuenta corriente.
Sigue tus instintos más prácticos.
Elimina los gastos innecesarios como el complacer antojos excesivos y elige actividades de fin de semana que no supongan un gasto muy grande como ir a la playa, a caminar por un parque o un picnic en El Morro.
Evita el estrés y la frustración
La honestidad y el pragmatismo desempeñan un papel clave en este proceso. Por ello, es importante atemperar tus expectativas y ser sincero contigo mismo para evitar la frustración y el estrés.
Haz tus cálculos y analiza cuáles son las cantidades mensuales máximas y mínimas que puedes destinar a tus metas. Conocer estos límites te preparará para enfrentar variables imprevistas y evitar sorpresas. Esto te ayudará a ser más creativo y eficaz al asignarlas.
Después de educarte sobre los límites y riesgos que conlleva tu plan de ahorro, lo más importante es seguir la regla de oro: “persigue tus metas contra viento y marea”. ¡No te rindas!
Haz un compromiso
Este proceso es sumamente personal y requiere que hagas un compromiso contigo mismo. Revisa tu plan al menos una vez en semana y haz los ajustes necesarios. Toma un momento para pensar antes de cada compra para asegurarte de que es una compra necesaria e inteligente. Al cabo de un tiempo, habrás creado una gran costumbre.
Además, recompensa tus propios esfuerzos. Comienza con metas pequeñas y alcanzables. Celébralas y compártelas cuando las logres. Luego, continúa con metas más importantes.
Estos consejos te ayudarán a que la planificación financiera sea una experiencia más llevadera y, aunque no brinda soluciones rápidas, a largo plazo puede traer grandes cambios a tu vida. Haz tu compromiso ya mismo y encamínate hacia un plan de ahorros que satisfaga tus necesidades.